La Dirección General de Consumo de la Junta de Andalucía, en el marco del Día Internacional de las Personas Mayores, ha puesto de relieve una serie de recomendaciones en materia de consumo dirigidas a este colectivo, que es especialmente vulnerable y con una especial «indefensión» ante posibles casos de abusos, estafas y fraudes.
Desde Consumo, se destaca que la información es fundamental para hacer valer los derechos como consumidores, «con más motivo aún» en el caso de las personas mayores, que «deben disponer de una información correcta, objetiva, comprensible y suficiente», ha subrayado en una nota de prensa. Las recomendaciones dirigidas al conjunto de la ciudadanía son extensibles al colectivo de personas mayores, aunque con «un mayor énfasis».
Consumo aconseja a las personas mayores que, en todo contrato, lean de forma «concienzuda» el documento antes de firmarlo –en especial la conocida como letra pequeña–, y que soliciten copia del mismo. En el caso de que existiera alguna duda o no hubiera seguridad sobre algún aspecto del contrato, se recomienda no firmar nada, así como leer el documento con detenimiento y tranquilidad, incluso llevándoselo a casa si es necesario.
Siempre hay que exigir la factura o el tique por los productos adquiridos o por los servicios contratados, ya que serán fundamentales ante una posible reclamación o, en su caso, devolución, han abundado la Junta, para la que es «importante» recordar que, por lo general, existe un plazo de catorce días naturales para desistir del contrato en las ventas a distancia y en las celebradas fuera del establecimiento mercantil.
Nunca deberá facilitarse ningún tipo de dato personal, como el número de la cuenta bancaria, el DNI o el número de la tarjeta de crédito por correo electrónico o por teléfono, o en visitas domiciliarias. Consumo también recalca las medidas preventivas que deben tomarse en materia de electricidad o suministro de gas. En el contrato de suministro eléctrico, hay que comprobar que las lecturas realizadas en el contador se corresponden con las marcadas en el mismo.
Aconseja revisar «minuciosamente» las facturas, y en caso de discordancia, reclamar. Ante todo, «debe desconfiarse de las personas que se pasan por casa o llaman por teléfono prometiendo sustanciosas ofertas o descuentos en la próxima factura». En el caso del gas butano, las revisiones son responsabilidad del consumidor. En el suministro de gas natural, las inspecciones son periódicas con cargo a tarifas aprobadas por el Gobierno y están sujetas a un preaviso de las empresas distribuidoras.
Estas revisiones se realizan cada cinco años y las realizan las empresas distribuidoras con cargo a la próxima factura, y nunca con pago en metálico. Si en el domicilio se presentara alguien que dijera ser persona revisora del gas, debemos solicitarle su acreditación. Si no la poseyera, no hay que permitir que realice ninguna revisión o que acceda a la vivienda, ya que podría tratarse de un timo.
Con carácter general, las personas mayores tienen «más dificultades a la hora de desenvolverse en el mundo digital e internet». Por ello, es «fundamental» tener una «actitud proactiva» en ciberseguridad y prestarles ayuda en todo lo relacionado con los aspectos digitales. Al tener menos conocimientos, «son un objetivo habitual de estafadores». En las compras online, hay que asegurarse que se visitan páginas seguras, y si el sitio no es de confianza, nunca hay que proporcionar datos personales ni bancarios.
La Junta insta a acudir a una empresa de confianza al contratar un trabajo de fontanería, servicio técnico de electrodoméstico o albañilería. Nunca se debe de pagar todo el trabajo por adelantado, ni finalizar el pago sin que los trabajos estén terminados «a nuestro gusto». Siempre se debe solicitar presupuesto previo a la reparación por escrito y exigir la factura al término del trabajo por los servicios recibidos.